viernes, 17 de octubre de 2014

EDUARDO MANOSTIJERAS

A lo largo de la historia del género humano se ha buscado explicar las distintas rarezas que ocurren en humanidad pero no siempre es posible encontrar una explicación lógica y sensata. Debido a esto han surgido fábulas, supuestos y mitos. La mayoría de esos mitos existen de nuestro pensamiento. Cómo resolver, comprender y dar sentido a ciertos fenómenos, cosas y situaciones que suceden alrededor de la vida cotidiana de un ser humano. El paradigma estructuralista dice que nosotros pensamos por oposición, este principio se encontraría en esa tradición del sentido apofántico, esto es, afirmar o negar algo de algo y adquirir así valor de verdad. Sin embargo, los humanos no afirman ni niegan continuamente. En oposición, aparece la corriente del posestructuralismo, la que podemos vincular sin duda a la corriente hermenéutica, al giro lingüístico, lo que buscan es la existencia de distintos niveles de sentido y significados en el lenguaje, cuya tarea principal es desvelarlos, es decir, que se esconde detrás de los mensajes. Aquí los esquemas mentales son producidos por la sociedad en nuestras relaciones, construimos la forma en la que nos referimos al mundo y al construir esa forma, construimos el mundo. Una de las formas del ser humano de explicar el mundo viene de la mano de este autor con su obra Mythologies en la que plasma un análisis sobre el mito con un enfoque dirigido a la semiología. Y con esta nueva tradición hermenéutica posestructuralista, se deja a un lado el sentido y se inclina por la forma, que es a lo que se refiere la semiología.
Lo que interpreta Roland Barthes es que cuando se habla de mitos, no se refiere a las historias relacionadas con religiones extintas. En palabras del mismo Roland Barthes, “en la actualidad el mito es un habla, es decir, es un sistema de comunicación, un mensaje, sujeto a unas condiciones lingüísticas que lo caracterizan. Según esto, cualquier objeto, concepto o idea es susceptible de convertirse en mito, siempre que se den las condiciones”.

Este habla que se refiere el filósofo es un mensaje y por lo tanto contingente de ser oral, es decir, puede ser o no ser, no es necesario que sea oral,  puede estar formada de escrituras y representaciones. Todas estas unidades de síntesis significativa sea verbal o visual, un libro o una pintura, todo hasta los objetos podrán formarse en habla mientras signifiquen. Todo lo que justifique un discurso puede ser un mito. Éste solo puede tener fundamento histórico, pues el mito es un mensaje elegido por la historia y no surge de la naturaleza de las cosas. Un orden determinado que comparte todo ser humano y lo vuelve como natural, como que siempre ha sido así, perpetuándose en el tiempo y dándole fuerza a su veracidad.

Por otra parte dice, “las mitologías expresan una visión del hombre y del mundo; significan una organización del cosmos y de la sociedad”.

A día de hoy se ha puesto en evidencia el carácter semiológico de nuestras actitudes y de nuestras creencias, la mayor parte de nuestras elecciones están condicionadas por representaciones inconscientes de origen mítico; ¿por qué nos vestimos así y no de otra forma? ¿por qué bebemos vino en la comida y no leche? Reflexionaba sobre mitos de la vida cotidiana francesa que intuían una ideología burguesa. Dichas reflexiones provenían de fuentes tan variadas como un film, una fotografía o un plato de comida y le permitían realizar una "crítica ideológica al lenguaje de la llamada cultura de masa" y "un primer desmontaje semiológico de ese lenguaje".

Los mitos se imponen o los impone la sociedad y casi siempre hay algo que esconden y está dado por la forma. Lo mejor para descifrar el significado oculto del mito se tendría que analizar desde dónde viene el mito, quién lo hace y qué nos dice. La semiología es una ciencia de las formas, pues estudia las significaciones independientemente de su contenido. Un solo concepto puede encontrar diferentes formas. Y esto es importante porque permite descifrar el mito, la conducta es la que muestra su intención.                 
Según estas fuentes: http://www.victordelrio.es/blog_docente/?p=174, Barthes propone en su explicación, el significante del mito puede verse de dos maneras. Como término final del sistema lingüístico lo llamaremos sentido, y como término inicial del sistema mítico, lo llamaremos forma. Al significado del segundo sistema (el mítico), lo llamaremos concepto, y al tercer término, el signo del segundo sistema en el que confluyen forma y concepto, lo llamaremos significación. El esquema quedaría del siguiente modo:

Teniendo en cuenta el esquema, imaginemos una de mis películas favoritas de la infancia, Eduardo Manostijeras de Tim Burton. En lingüística, el significante se compone de los personajes protagonistas, Kim Boogs, la anciana que narra la historia después de que su nieta le pregunte por el origen de la nieve y Eduardo Manostijeras, que es la creación de un viejo inventor que fallece antes de ver acabada su obra. Como en los cuentos clásicos, la explicación fantástica de un hecho, el origen de la nieve,  sirve para dar pie a una historia llena de ternura y humanidad, aquí tendríamos el significado. El mundo de los cuentos está lleno de personajes distintos que querían ser humanos, como Pinocho. Con este guión se vuelve a recrear la figura de Frankenstein, aunque en esta ocasión el monstruo parece menos terrorífico. Y el término final del sistema lingüístico que es el singo, el sentido que yo le doy a la historia, es la no aceptación por la sociedad de los que son "diferentes" a los que no cumplen los parámetros de lo que esa sociedad considera como normal. Los demás le perciben de forma totalmente opuesta a como es realmente y ello nos lleva al juego de las apariencias, bajo su agresivo aspecto, Edward es bondadoso mientras bajo su apacible fachada, la buena sociedad está podrida por los sentimientos más egoístas. La historia es una fábula con contenidos y enseñanzas morales.

Por otro lado, en el sistema mítico, el significado sería la oposición de dos mundos. Eduardo aislado del mundo, pasa de la fantasía de su castillo misterioso gótico a una realidad de clase media con estereotipos. Y el signo sería las fases que atraviesa Eduardo, la aceptación, la ruptura y el rechazo. La curiosidad inicial del pueblo se va convirtiendo poco a poco en una aparente aceptación. Eduardo empieza a formar parte de la comunidad y descubre el amor de la mano de la joven Kim, pero el joven descubrirá que, al final, los seres excepcionales como él no tienen cabida dentro de una sociedad intolerante en esencia.


Concluyendo, esta historia es un esfuerzo de superación de miedo que mezcla amor, drama y fantasía, que alude al mito de las apariencias. Junto al mito de Frankenstein, ambos se basan en la creación de un ser sobre materia muerta. En definitiva, proyectan lo humano sobre una base tecnológica, mecánica y no humana. Algo contradictorio con nuestro principal protagonista, Eduardo, ya que demuestra en toda la película ser el sujeto más auténtico de esa sociedad. Es una película llena de significados si el espectador se pone hacer un análisis detallado o profundo, sentidos secundarios que Barthes califica como significación dentro del mito.

Que empiece a nevar y sentirte como en una escena de Eduardo Manostijeras.
“El sentido de la condición humana, con sus conflictos primordiales, siempre se ha presentado en un escenario imaginario, a través de relatos y fábulas que han dejado huella en nuestras formas de pensar y hasta en nuestros conceptos. Los poesías o los profetas pusieron rostros a los dioses, si disponer a priori de un orden del mundo o sentido de la condición humana cualquiera. De este modo, lo que pretendemos no es tanto interpretar el mito como ver cómo el mismo interpreta el mundo o nuestra condición con en el mundo. Los deseos humanos no están ocultos en los mitos, se expresan en ellos”.


 “No importa lo que suceda, Edward siempre será especial"

R.